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Tallado en Madera (ahm-8)

La talla en madera es una actividad muy antigua y extendida. Sus aplicaciones son variadísimas, aunque su principal función es la decoración y el ornamento. Es utilizada tanto a nivel arquitectónico como para el embellecimiento de objetos de uso cotidiano.

Como toda artesanía, tiene un componente artístico, en el cual el tallista-artesano vuelca su talento creativo para sacar de unas simples tablas una obra de arte, y otro componente, técnico y mecánico, que hay que tener en cuenta para que la materia prima responda a nuestros esfuerzos y lograr el resultado deseado.

Ésto, hace que para los no iniciados, el abordaje de tal disciplina resulte poco menos que intimidatorio, aunque yo estoy convencido de que casi cualquier persona puede obtener unos resultados más que dignos, eso sí, con un mínimo de esfuerzo, dedicación y paciencia.

La mejor manera de enfrentarse a una obra es pensar que las formas y relieves que queremos conseguir ya están dentro de la madera y "sólo" tenemos que sacarlas a la luz, quitando la madera que "las tapa".

Esta labor requiere de unas herramientas muy especializadas, que son las gubias de tallista, pero con alguna de éstas, un mazo y un trozo de madera podremos descubrir todo un mundo de posibilidades.

Espero que este pequeño recorrido provoque en alguien el interés por esta disciplina artesana y que no se pierda en manos de la mecanización, la simplicidad de los muebles modernos chapeados y el pensamiento de que la talla requiere demasiado tiempo, que nunca es pagado en su justa medida.

Pasos para tallar

La elaboración de una escultura implica un largo proceso que se inicia con la selección de la madera hasta su acabado final, tiempo en el cual se dan los siguientes pasos:

  1. Selección de la madera : Tomando en cuenta el tamaño y volumen de la obra que se requiere.
  2. Diseñar: En el tronco seleccionado realizar un bosquejo de lo que se pretende formar
  3. Desbastar : consiste en dar una forma general a la obra, usando herramienta doble y fuerte.
  4. Forjado: Es la parte más esencial del proceso de elaboración ya que es un complemento del desbaste, en donde se dan las líneas definitivas de la escultura.
  5. Pulir: Es un cambio de textura que toma la madera, ya que en este proceso se aliza y se da una textura uniforme a la escultura.
  6. Cuchillar: consiste en corregir las figuras que por naturaleza tiene la madera, para ello se utilizan trozos o astillas del mismo tronco , para así evitar la notoriedad de las grietas, tratando siempre de dejar impecable la obra.
  7. Lijado: Para esto se usa papel de lija de diferentes números, para lograr que la figura tome una textura de comparación a una porcelana o cristal.
  8. Acabado : Aquí se logra el toque final de la obra, para lo cual se usa betún, lacas o barniz dependiendo del gusto del cliente; en cualquiera de los casos se consigue un acabado perfecto.

La elaboración de una escultura además de los pasos señalados, incluye el proceso de secado, que dependiendo del tamaño y volumen de la escultura en madera de nogal toma por lo menos de 3 a 4 meses. El adecuado tiempo de secado garantiza que la obra no sufra posteriores agrietamientos ni deformaciones.

Todo el proceso es realizado en forma manual tanto para la elaboración de esculturas como para murales, usando maderas de excelente calidad como son el Nogal y el Cedro. <

Herramientas

En este apartado, voy a hacer una clasificación de las herramientas utilizadas en la talla de madera. Aunque pueda parecer que hay demasiados tipos de gubias, lo que realmente es cierto, un principiante sólo necesita tres o cuatro diferentes para empezar a trabajar, lo cual supone un alivio económico, pues no estamos hablando de material barato, precisamente.

A grandes rasgos, y descartando las herramientas propias del carpintero, que sería el encargado del trabajo previo de preparación de las tablas que vamos a tallar, los útiles del tallista podríamos clasificarlos en los siguientes grupos:

1.- Elementos de corte: gubias y formones Los utilizaremos para producir en la madera los cortes y rebajes necesarios para sacar los relieves y obtener las formas buscadas. Las gubias poseen dos partes diferenciadas, el mango y el hierro y se clasifican atendiendo a la huella que producen y a la forma del hierro. La forma varía desde una línea recta a una curva muy pronunciada en forma de U, con todos los pasos intermedios. Incluso otras formas que se salen de la simple curva y que veremos a continuación. Además, también varían en función del tamaño de ese corte, que se expresa en milímetros, y que va desde 2 (o incluso menos en algunos modelos) hasta 35. En cuanto a su nomenclatura, hay variantes según los fabricantes, pero la mayoría utiliza una doble numeración, en la que la primera cifra indica el grupo al que pertenece la gubia (su forma), y el segundo, la longitud de su corte en milímetros. Además utilizan una serie de letras para distinguir otros aspectos, como inclinación, tamaño y forma del hierro, etc.

a) Gubia recta.- Su corte es recto, como el de un formón, pero se diferencia de éste en que no tiene biseles laterales, su hierro es más fino y además puede tener un bisel frontal, o dos, a diferencia del formón, que siempre tiene uno.

A partir de ahora, representaré únicamente los hierros, con el fin de economizar recursos y ahorrar tiempos de espera en la carga de los dibujos.

b) Gubia recta en ángulo.- Posee el corte inclinado. Al igual que la gubia recta, puede tener uno o dos biseles. Es útil para acceder a algunas zonas difíciles, no obstante, no es una gubia de uso frecuente.

c) Gubia plana.- Es aquella que tiene una curvatura suave en su corte. Se utilizan con mucha frecuencia.

d) Gubia mediacaña.- Su curvatura ya es bastante pronunciada. La máxima se alcanza cuando el corte abarca una semicircunferencia. También es una gubia de uso frecuente.

e) Gubia cañón.- La curvatura se hace máxima. Su corte tiene forma de U.

f) Gubia de esquina o gubia en V Es una gubia muy utilizada. El corte lo forman las dos palas con la característica forma en V. El ángulo puede variar entre los 35 y los 60º.

g) Gubias curvas.- Se refieren a las que la forma del hierro está curvada desde su inicio. Pueden tener cortes de gubia plana, mediacaña y en V. Su utilidad se hace mayor en trabajos de fondos, donde una gubia de hierro recto podría atascarse al ofrecer un ángulo de ataque a la madera demasiado alto.

h) Gubias acodadas o codillos.- Son las que tienen la curvatura en la parte final del hierro. Ésto les permite llegar a lugares inaccesibles con una gubia de hierro recto. Las hay en todas las variedades posibles: rectas, rectas en ángulo, planas, mediascañas, cañones y en V. Ciertamente podemos pensar que su vida es menor que las otras, ya que van a admitir muchos menos afilados, pero también es verdad que su uso no es frecuente.

i) Gubias cola de pescado.- Son gubias de hierro recto, que consiguen la longitud total de la curvatura en la parte final de la misma, es decir, va en disminución desde el corte hacia el mango. Su utilidad es el menor peso de la herramienta, cualidad nada despreciable en gubias de tamaño considerable utilizadas en grandes esculturas. La forma y tamaño de su corte abarca las principales variedades.

j) Gubias pata de perro.- Tiene una forma angulada para acceder a zonas de acceso muy complicado. Su corte es recto. Son gubias que se utilizan muy poco, pero cuando la situación requiere su uso, se agradece tenerlas entre nuestras herramientas.

k) Contracodillos.- Son gubias con curvatura en la parte final de su hierro, pero invertida con respecto a las gubias acodadas. Son útiles, aunque no imprescindibles, para redondear algunos motivos. Su corte abarca el tipo de las mediascañas de poca curvatura.

l) Hay más de gubias, como los macaroni, fluteroni, bacheroni y otros, pero son de uso muy específico e infrecuente, por lo que no profundizaremos en ellos. En cualquier caso, sus perfiles corresponden respectivamente a los tres últimos dibujos del gráfico inferior.

Presento ahora un esquema con el dibujo de las secciones de los diferentes tipos de gubias en relación a su forma, para que se puedan hacer una idea de la gran variedad que nos podemos encontrar, teniendo en cuenta que cada tipo se encuentra en varios tamaños y muchos de ellos en diferentes formas de hierro.

m) Formones.- Nos los podemos encontrar de gran variedad de marcas y características, aunque para tallar, nos interesa que el hierro sea lo más delgado posible y que el acero no sea demasiado duro, como los de composición cromo-vanadio, ya que éstos están fabricados pensando en el trabajo habitual de carpintería, más exigente en cuanto a la resistencia a los golpes, pero menos en cuanto a la suavidad del corte. El ancho apropiado de la hoja para la mayoría de los trabajos que se realizan en la talla oscila entre los 14-18 mm.

2.- Elementos de golpeo: mazos de tallista.- Aunque gran parte del trabajo que realiza el tallista utiliza la gubia con las dos manos, hay ocasiones en que se hace necesario el uso de una herramienta de golpeo que alivie el avance de la herramienta de corte en la madera. Tal es así en la importante labor de desbaste. Para ello, se utilizan mazos, de diferentes formas, tamaños y materiales, pero que tienen un denominador común, no deben deteriorar el mango de la gubia al golpear sobre ella. La forma más habitual es la troncocónica, ya que permite un golpeo uniforme sin tener que estar pendiente de mirar la posición del mazo (si fuese con forma de paralelepípedo, podríamos ofrecer una arista al golpeo y malograr el corte, con el peligro que eso tiene para una labor tan delicada). La mayoría son de madera dura, aunque también podemos encontrarlos de nylon, bronce o plomo. El peso varía en función del gusto del tallista, aunque hay que tener en cuenta que un peso excesivo provocaría cansancio. Normalmente oscila en torno a los 400-600 gramos.

3.- Elementos de apriete.- Son fundamentales para sujetar la/s pieza/s que estamos trabajando. A continuación, presento una tabla con diferentes posibilidades de sujección.

Sistema para sujetar tableros finos.
Otro sistema de sujección para tablas finas sin usar prensillas.
Sujección sencilla para tablas más gruesas.
Una posibilidad de sujección para piezas cilíndricas.
Ejemplo de sujección de bolas para taladrado.
Las piezas delicadas pueden pegarse a otra tabla, dejando entre ambas un papel. Si se necesita mayor sujección, se pueden atornillar por detrás.
Prensa de banco para apoyo.
Tornillo fijo, muy utilizado para bustos o talla exenta.

Colocación del tornillo fijo sobre una pieza. La vista está recortada para que se pueda observar mejor, pero el tornillo pasa a través de un orificio practicado en el banco de trabajo.

Prensilla de bastidor utilizada para sujetar un huso de madera mientras se talla una espiral.
Combinación de prensilla y tope para sujetar una tabla firmemente.
Soporte fijo de banco.

4.- Elementos de afilado: piedras de afilar y asentar.- Para el trabajo de la talla resulta imprescindible el perfecto afilado y asentado de las herramientas de corte. Esta es una labor que se puede realizar mecánica y manualmente. El afilado mecánico se reduce a la utilización de una esmeriladora eléctrica. Los mejores resultados se consiguen con piedras refrigeradas por agua y de baja revolución; con ello se logra que el acero de la herramienta no se destemple y además se tiene mayor control visual sobre el proceso. Lo mismo podemos obtener utilizando una piedra de afilar al agua o al aceite y bastante paciencia, hasta rehacer el filo de la herramienta y el bisel adecuado para el trabajo que vamos a realizar (ángulo mayor para maderas duras y menor para las blandas). No obstante, ésto no es suficiente para la precisión de corte que necesita el tallista en su herramienta. Es imprescindible el proceso de afinado o asentado de la misma, el cual se consigue utilizando una piedra de grano finísimo lubricada con aceite. Se utilizará una piedra plana para los formones y los biseles exteriores de las gubias y piedras con formas específicas para los interiores. Tras este proceso, en el cual se desprende la rebaba residual del afilado previo, la herramienta estará preparada para trabajar, pudiendo probar si el afilado ha sido correcto cortando a contraveta una madera blanda, por ejemplo el pino; Si el corte es limpio y suave y no quedan grietas en la madera, la herramienta está preparada para su uso. Existen artesanos que tras este paso todavía realizan otro, que consiste en el suavizado a base de una tira de piel o cuero tratados con óxido de hierro y sebo.

5.- Elementos de acabado: imprimaciones, tintes, ceras y barnices.- Para el acabado de la pieza, es imprescindible tratarla para realzar su belleza y para protegerla en lo posible del paso del tiempo. Para ello utilizaremos imprimaciones a base de sustancias fungicidas e insecticidas que ayuden a que nuestra obra no sea fácil pasto de los hongos e insectos xilófagos. También podemos utilizar los tintes, anilinas o colorantes que consideremos apropiados para realzar la belleza de nuestra obra, creando efectos de envejecido o simplemente tiñendo la madera para conseguir tonos más agradables o imitar a maderas distintas (nogal, caoba,...). Por último, deberemos decidir el tratamiento de acabado que le vamos a dar a la obra. Éste puede ser cera, en cuyo caso yo recomiendo la utilización de cera natural de abejas diluida en esencia de trementina (aguarrás puro), o a base de barnices, donde recomiendo que nos informemos en nuestro distribuidor habitual de pinturas, ya que hay en el mercado numerosas marcas, variantes y composiciones distintas, ya sea para obras que van a estar en el exterior o en el interior, para muebles lisos o profusamente tallados, para dar a brocha o pistola, etc.

Ejemplos de Tallado en Madera

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